lunes, 23 de mayo de 2011

Rambla pa'quí, Rambla pa'llá, Flavia Ricci

Después de conectarme como cada mañana a Internet, salgo por las Ramblas con Todo Modo, un libro que me recomendaron en Milano la semana pasada. Desayuno en la Plaza Sant Agustí, en el Rita Blue. Como no tienen pastas, pido sólo un café con leche. La camarera me sugiere ir "allí", a una terraza al lado, en esa misma plaza, donde sí sirven pastas con el café. Lo que no sabe la camarera es que yo quiero sentarme exactamente en el Rita Blue, porque allí, en febrero de 2004, pasé con mis amigos la que sería mi última noche en Barcelona. Allí, mirando la calle Hospital, lloré desconsoladamente mientras Daniela me consolaba y Zoe dormía apaciblemente en su cochecito azul. Lloré porque veía que toda esa gente que estaba a mis espaldas tal vez no volviera a cruzarse en mi vida. Y, en el mejor de los casos, desde luego no volvería a ver cada día, cada fin de semana deambulando conmigo y junto a mí por las calles de Barcelona. No me dolía, me lastimaba marchar de Barcelona. Aunque tuviese que hacerlo.
Así que mientras bebía tranquilamente mi café con leche leí algunas páginas de mi libro, ese que me compré la semana pasada en Fnac de Plaza Catalunya. De tanto en tanto levantaba mi vista para ver algún avión que surcaba el cielo, completamente azul. De tanto en tanto dejaba caer mi atención en el camioncito de "neteja" que zinzagueaba la plaza buscando hojas y basura, dejando un caminito de agua a su paso, mientras un empleado municipal completaba, escoba en mano, el trabajo del chofer. Meticulosos los catalanes. Fascinante Barcelona.
Pagué y me fui a recorrer Ciutat Vella, de tienda en tienda, durante casi 3 horas. Hasta que a las 14h quedé en la vereda del Zurich con Eva e Isa. Desde allí fuimos a comer a Carmelitas: gaspacho, fideuá, copa de vino y flan. Almorzamos, pagamos y nos marchamos al piso de Eva. Un piso guapísimo al frente en las Ramblas, corazón de Barcelona. Qué más podía pedir yo. Ah sí, una Voll-Damm, que llegó al rato de la mano de Eva, directa de la nevera. Ahora sí: amigas, Ramblas, birra ...
20h salí rumbo a mi barrio, Gràcia, para cenar con Luis Ángel. Pasé por mi antiguo lugar de trabajo, le tomé algunas fotos para enseñar a mi hija, piqué y salió mi ex jefe. Llegamos al sitio en cuestión para cenar, en la calle Verdi, y lo pasamos genial.
Cogí el metro hasta Plaza Catalunya y ahora escribo estas líneas. Me tomaré una cerveza, me ducharé y volveré a salir. B A R C E L O N A.

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